domingo, 27 de febrero de 2011

La religión, las iglesias y sus imágenes.

Durante un tiempo he sido creyente, católica y practicante. Ahora practico lo que me dejan; me considero católica (ser apóstata cuesta mucho esfuerzo y empezar a creer ciegamente en otras cosas me da un poco de pereza) y soy creyente… pues no lo sé, porque me fastidia que Dios se tome unas vacaciones tan largas.
Una vez llevaba a una niña de unos 6 años de la mano y entramos en una iglesia. Hasta ese momento mi mente cristiana no se había cuestionado lo que veía (o sí?), el caso es que no he vuelto a entrar a una iglesia con un ser inocente que empieza a preguntarse por la realidad (enfrentarme a la etapa infantil del "por qué" era fácil, pero esta nueva etapa… paso). En fin, que tras entrar a un edificio en el que huele a rancio, está a oscuras y las mujeres o hermanas de la Virgen te miran de reojo (contado así parece la entrada a la casa del terror), lo primero que mis ojos ven cuando se acostumbran a la penumbra es a una señora con una larga túnica y una bandeja en la mano, ilusa de mi que creía que era la señorita camarera que me preguntaba si quería zona de fumadores o no fumadores, pero no, la inocente niña que llevaba de mi mano me pregunta: "por qué esta señora lleva unos ojos en la bandeja?". Ojos? No, no, serán piedras, mira esta otra Imagen…”¿Y en esta imagen, por qué la mujer lleva unas tetas en la bandeja?” Decirle que eran flanes me sonaba un tanto obsceno, por lo que opté por apretar mi mano, mi paso y decirle, mira este señor qué  majo, con un cochinillo. La siguiente pregunta no se hizo esperar: "qué mascota más rara? por esa época no había perros?” Pues… ups, supongo que sí, no?? Claro que me recuerda la fiesta de San Martín, que siendo el protector de los animales existe desde tiempos remotos escrito en el refranero eso de que a cada cerdo le llega su San Martín, y comerte por esas fechas la mascota de otro santo… en fin, que sin querer meterme en un berenjenal recorro la Iglesia con la mirada para centrarme en otra imagen. Tengo dónde elegir… la imagen de la mujer con la espina clavada en la frente, el señor con el corazón en la mano, el que tiene una corona de espinas… puff, casi mejor me salgo al parque y busco ayuda en el bar. Cosa curiosa, os habéis fijado alguna vez que frente a la iglesia de cualquier pueblo, por pequeño que sea, hay una tasca? Vale, en Galápagos no, pero es que nadie dijo que todo lo que se publique en este blog sea ni cierto, ni autóctono….